Segunda cesión con el psicólogo. Esta vez no solo estuvo presente mi madre, si no también mi hermano. Me he dado cuenta de lo mucho que me conoce mi hermano y hasta me atrevería a decir que me conoce mas de lo que me conozco yo misma..
A quien intento engañar fingiendo ser fuerte cuando no lo soy. Soy tan débil que con solo escuchar hablar de mi padre las lagrimas aparecen y dejan al descubierto lo débil que en realidad soy por dentro.
Me quede impresionada al escuchar esas palabras que me describían a la perfección y que decían lo que yo sentía o quería decir salir de la boca de mi hermano.
Aquel ser extraño entendía el dolor que yo siento, sabia lo que siento por dentro. Quizás los deseos que tengo de estudiar psicología sea por todo lo que tuve que pasar, como el lo dijo. Debo admitir que hubo momentos en los cuales no podía retener mas las lagrimas y deseaba salir corriendo de ese lugar, pero algo dentro me decía que eso no era lo correcto.
Todavía sigo impactada y sorprendida con las palabras de mi hermano, sabe cosas que yo no quiero contar, sabe que me encierro en mi propio mundo, en el mundo de la escritura. Sabe lo que quiero decir y no puedo. Simplemente el decía lo que yo pensaba.
No soy una persona que se expresa fácilmente utilizando la vía oral, por eso elijo la escritura para expresar todo lo que no digo oralmente.
Y como dijo aquel desconocido la primera vez que nos vimos: “ hablas poco pero tenes mucho para decir” y es verdad,, hablo poco pero tengo demasiado para decir. Prefiero una hoja y un lápiz antes que a tener una conversación ¿Por qué? Porque con la escritura se refleja mi verdadero yo. Una chica que necesita que su madre la abrace, una chica que no puede dejar atrás el pasado y vivir el presente. Una chica que se guarda todo el dolor y lo que le pasa para que las personas que la rodean no se preocupen. Porque necesita ver bien a las personas que la rodean antes de verse bien a ella misma.
A esta chica solo la encontras en un pedazo de papel, porque al escribir soy yo, pero la verdadera, la chica que llora todas las noches, la que debe soportar oír a su madre teniendo sexo con el novio. Esta chica entiende lo que es el hambre y el dolor.
Esta soy yo, una adolescente que se preocupa por ver a sus amigas y a su familia bien sin importa si su interior se cae en pedazos. Se que no soy Pablo Neruda o Julio Cortazar escribiendo, pero así escribo yo. No me privo de nada al escribir, no ocultos las cosas, digo la verdad por mas dolorosa o traumante que sea. Soy así y si hay alguien que no le guste como soy puede esperar el siguiente tren que lo lleve a un mundo donde las personas son felices pero viven de las mentiras. En mi mundo se vive diciendo la verdad y sintiendo el dolor, no escapándose de el. Porque así nunca lo superaras, con escaparse de las cosas no las solucionaras.
Si algo he aprendido en estos 15 años es que siempre hay que ponerle el pecho a las balas. Y ya lo dije al que no le gusta o al que es cobarde, que siga su camino basado en mentiras.
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